El colega Pedro de Mercader tuvo la culpa de todo lo que se ha armado esta semana.
Os cuento. En el divertido bullpen de Los Vengadores en el cine, nos aburríamos mientras planificábamos la dominación mundial. Fue entonces cuando Pedro de Mercader comentó:
—Hey, ¿no está siendo una semana muy tranquila? ¿No está siendo un poco rollo? ¿No faltan noticias?
Y entonces, un servidor, mientras fumaba su puro del mediodía y tomaba su whisky con hielo, se puso su sombrero (que dice “Prensa”) y su voz hecha añicos respondió:
—Nene, acabas de jugártela.
Y es que uno sabe que si está bajo el sol de verano y dice: “no me podría caer un rayo”, lo más seguro es que te caiga uno. ¡Por Thor, es así!
De esta forma, esta semana se lió todo de repente con el tema de que Bryan Singer, ese señor que se parece a Benedict Cumberbatch, anunciaba con ese toque troll de cada post en Twitter, que íbamos a tener a Mercurio en X-Men. Días del futuro pasado.
Y algo menos de una semana antes, Joss Whedon había anunciado que él iba a utilizar al personaje en Los Vengadores 2 junto a su hermana la Bruja Escarlata.
Y X-Men es de la Fox.
Y Los Vengadores 2 de Marvel Studios.
La guerra estaba servida (haters gonna hate).
El conflicto por los derechos está ahí. Marvel consiguió reflotar tras la crisis de los ´90 gracias a que vendió los derechos cinematográficos de varios personajes. Si bien, estas películas dieron auge a Marvel, la Casa de las Ideas decidió crear su propio universo fílmico con Iron Man (Jon Favreau, 2008). Porque Sony tiene a Spider-Man y la Fox a los Cuatro Fantásticos y X-Men, nunca podremos verlo en el Universo Vengador de Marvel Studios.
El problema es que Mercurio y la Bruja Escarlata han sido conocidos tanto como mutantes como Vengadores.
¿Y ahora qué?
¡Los fans nos hemos vuelto locos! ¡Luchamos en nuestras tiendas de cómics! ¡Los Singenitas y los Whedinistas se golpean con tochales del calibre de la última edición de El Predicador! ¿QUÉ PASARÁ AHORA?
Un servidor pone el ejemplo de Nunca diga nunca jamás. No, no es una frase hecha, sino una película de James Bond... que no forma parte de la saga del agente 007 por problemas de derechos sobre la novela de Thunderball de Fleming, que se basó en parte en un guion nunca llevado a la gran pantalla y... Bueno, un auténtico lío que hizo que parte de los derechos cinematográficos los tuviese alguien más que la productora habitual de los films. En 1985, Sean Connery encarnó por última vez a James Bond en este film que no forma parte del canon. En esas fechas, también estaba el Bond de Roger Moore. Todo un problema del que no hubo heridos ni muertos. Como curiosidad, se llamó así al film porque fue lo que respondió la esposa de Connery al actor cuando este dijo que no haría nunca más de James Bond.
¡Así que auténticos fans de Los Vengadores en el cine, respirad tranquilos! ¡Las películas de superhéroes vienen y van, pero solo lo bueno permanece y a menudo son cómics o pelis geniales!