CONTINENE SPOILERS DE IRON MAN 3
Seamos sinceros: nos gusta que las cosas cambien, pero en realidad sigan igual. La ilusión del cambio de la que hablaba Stan Lee. ¿Y sabéis qué? A veces, no gusta que lo cambien de verdad.
Partamos de que cada película es una adaptación y, por tanto, no puede ser exactamente igual que el tebeo. Son dos medios diferentes. Si quiero ver una película que sea un cómic en movimiento, cojo una cámara y me grabo sacudiendo un tebeo... Bla, bla, bla.
Soy de esas personas que no les molestan las adaptaciones, mientras se mantenga lo más importante: la esencia. Me da igual que Nick Furia sea negro como en el Universo Ultimate, porque Sam Jackson se comporta como el Furia de los cómics (aunque le falta el puro). Por otro lado, me molesta que cambien la edad de Bucky, porque pienso que de la otra manera es como realmente duele que el Capi pierda a su camarada y este regrese como villano. Por tanto, en mí habita un talifán liberal (vaya asco de título ¿no?).
Esta columna viene a raíz de lo ocurrido con el Mandarín en Iron Man 3. En serio, la película empieza bien. Parece que apunta maneras. El Mandarín se comporta como un cabronazo de tomo y lomo… y, de repente, hay un giro que, como fan, no puedo tragar.
No me gusta que Killian fuese el auténtico Mandarín, no me gusta que toda la teatralidad del auténtico Mandarín fuese eso, teatralidad.
Y es una sorpresa, aunque esperada desde la escena en la que Tony habla de teatralidad o vemos al Maestro junto al telepronter… Pero no pude evitar desde ese momento que me cayese mal gran parte de la película.
Seguía esperando que el Mandarín se descubriese como el auténtico y lo del actor fuese una coartada. Como lo del Moriarty de la serie Sherlock, vaya… pero parece que se prefirió seguir el temita del Ras de Batman Begins, el problema es que aquí tienes de actor a un grande como Kingsley (sin desmerecer a Ken Watanabe).
Muchos se han alegrado de esta sorpresa. Me alegro por ellos, yo no. No entiendo tanto eso de que el Mandarín de los cómics no hubiese funcionado en la película. ¿Un tipo con vena de Fu Manchú que usa anillos alienígenas? ¡Joder! Completamente ilógico en un mundo que vive bajo la AMENAZA EXTRATERRESTRE desde Los Vengadores. Por favor, señoras y señores, si vamos a tener un mapache con armas láser, ¿por qué no al Mandarín?
Por no decir, que tenemos que pensar que Los Diez Anillos y el Mandarín fueron organizados por Killian desde el principio... Y que Marvel nos vendió que Kingsley lo era en anuncios y toda esa metralla donde vimos la mayoría de la película.
Sumad que el Mandarín queda inutilizado como futuro villano. Además de sus oportunidades mercantiles, ¿quién querría una figurita de Trevor? Yo no.
En fin, como dije por la crítica de GENCOMICS y creo que el camarada Pedro de Mercader estaba de acuerdo en su crítica (leedlo aquí), espero que Marvel nos quiera más a partir de ahora y sí, adapte conceptos y demás, pero no se olviden de algo importante: muchísimos fans que seguimos leyendo cómics.
Marvel, quiérenos. ¿Quieres?
