Por Carlos J. Eguren
No me gustaría contar nunca una historia como mero tránsito. Me dedico a escribir y siempre deseo dar lo mejor a la gente que me lee. Si hago mil partes de algo, quiero que cada parte sea buena, cada párrafo, cada frase. No quiero que la gente tenga que leerse algo y decir: “vale, solo ha dejado el tablero preparado para la siguiente partida, seguro que ahí es donde es genial”.
No, no me gusta. Quiero que se disfrute desde el minuto cero aunque tenga varias partes, porque vivimos en la cultura de los mil fragmentos y las cien sagas. Por desgracia.
Me gustan las secuelas... que aportan algo, como El Imperio Contraataca, por citar una de las famosas y mejores. Detesto cosas como Lobezno Inmortal (¿veis? Ya empiezo a centrar el editorial de hoy).
Lobezno Inmortal es una película regulera para pasar el rato como mucho y si tenemos la mente preparada para que no nos cuenten nada relevante sobre un personaje del que no se deberían escribir historias aburridas... pero se hacen. Ya sabréis mi opinión por mi blog. Lo que más me molesta es la falta de ganas de ser trascendental, aunque parezca que Lobezno cambia, no aporta nada para el personaje sino situar un poco el terreno tras la merecidamente olvidada X-Men 3. El problema es que no hay nada nuevo que merezca realmente la pena, algo que justifique su existencia. Lo resumo en que lo mejor es la escena tras los créditos que la conecta con X-Men: Días del futuro pasado.
Es decir, nos hemos tenido que tragar Lobezno Inmortal para prepararnos a la película que realmente todos queremos ver.
Entonces, ¿para qué se ha hecho Lobezno?
Suponemos que para sacar algo de pasta y deleitar a algún fan o espectador (me alegro de que haya gente a la que le haya gustado, pero esta es mi opinión y creo que es tan respetable como cualquier otra). En serio, repito: ¿qué aporta esta película de Lobezno? Nada, solo Hugh Jackman luciendo palmito y viendo cómo se destroza Honorde Claremont y Miller.
Le falta ganas de ir más allá, de aportar algo al cine de superhéroes (¿está de capa caída?). Quizás podrían haberlo conseguido mejor porque Lobezno no es un superhéroe, como mucho antihéroe. Los creadores de la película dijeron que bebieron mucho del cine japonés y del spaghetti western de Leone. No sé en qué, porque solo por esas influencias debería haber resultado algo fresco y mejor. No lo ha sido para mí, que me he aburrido la mayor parte del tiempo con unos personajes que estaban por estar, un plan de malo malísimo completamente absurdo y una acción que no emocionaba.
Conmigo no ha funcionado. Intentaba conectar con la película, pero me he aburrido y más comparando con la entretenidísima X-Men. Primera Generación, donde un mero cameo de Lobezno se convierte en la mejor visión del personaje en el cine y se demuestra que una película de mutantes no tiene que girar en torno al viejo Logan.
Solo espero que Marvel aprenda de este fallo de la Fox y que Thor. El Mundo Oscuro, El Capitán América. Soldado de Invierno y Guardianes de la Galaxia no se conviertan en un mero tránsito para la secuela de Los Vengadores 2. No deseo más relatos desapasionados de personajes que no deberían serlo.
Nos merecemos pasión, nos merecemos un cine basado en cómics mucho mejor. Esperemos que Marvel Studios lo dé en su Fase 2. ¡No nos defraudes, Marvel!
